Mónaco is Mónaco, Spain is different.

Hace un mes disfruté de uno de los mejores fines de semana de mi vida asistiendo y participando como speaker e historiador de la F1 al evento organizado por Jesús Pozo, el Espíritu de Montjuïc y, como no, surgió la fatídica última carrera celebrada en el Parque y su parangón con Mónaco. He tenido suerte de rodar en ambos trazados y bajo mi punto de vista no hay diferencia de seguridad en el trazado y con poca voluntad que se pusiese, el Circuit del Parque sería tan válido como el trazado monegasco, pero aún arrastramos ese lastre que la FIA dejó caer y que se ha intentado levantar en no pocas ocasiones, pero como no somos Mónaco (con todo lo que conlleva) así estamos.

Tanto Cesc Vila como Josep Autet o incluso Jo Ramírez coincidían conmigo en lo que hemos expuesto anteriormente y seguro que si hubiésemos realizado una consulta entre pilotos nos hubiesen dado la razón, cosa que años pasados pilotos como Jackie Stewart, Salvador Cañellas, Mario Andretti o John Watson  hicieron, y hago especial hincapié en los que fueron pilotos de F1 con un palmarés adornado al menos con un subcampeonato del mundo, y es que con la perspectiva que dan 40 años la factibilidad es máxima pero imagino que trabas extradeportivas ya se encargan de que cualquier atisbo de recuperación de la pista se quede en papel mojado o durmiendo el sueño de los justos en algún cajón de algún funcionario del Ayuntamiento o de la Generalitat o del Ministerio de Cultura y Deporte.

En fin, os invito a todos los que podáis hacerlo, deis una vuelta a Mónaco y otra a Montjuïc y saquéis vuestras propias conclusiones, conclusiones que imagino muy similares a las expuestas.

Saltamos 40 años y asistimos a la rebelión “ecclestoniana-todtiana” por excelencia, pues seguimos en lo mismo y con un agravante que hoy me ha dado la razón, pues si seguimos retrocediendo en vistosidad, competición, lucha cuerpo a cuerpo, cordialidad y siendo un tanto rebuscados “la ausencia de la esencia pura de la máxima categoría del deporte del automóvil”. Señores Ecclestone y Todt, esto no funciona.

Esta entrada no va a llegar ni por asomo a sus manos, pero sí me gustaría que si lo hace reflexionasen y se pongan en la piel de este aficionado (ya casi viejo aficionado) pues la impresión que se tiene desde fuera es un poco la de quien más jamones y cajas de puros les mandan, mejor les va y que cualquiera que regale salchichón y cerveza será un simple invitado, pero ojo, pobre de aquel que no es capaz de regalar ni cien gramos de chopped.

Ecclestone se encargó en 1.981 de finiquitar la posibilidad de las escuderías “carreras – cliente”, algunas tan míticas como las de Rob Walker, Hexagon Team, Amon Team, Filipinetti, Écurie Belgique e incluso Ferrari NART, con lo que pilotos con menos medios brillaron con luz propia, como Piers Courage o Jo Siffert. Ahora Ecclestone apuesta por una F1 “de dos velocidades” con el regreso de las escuderías privadas sobre un único monoplaza facilitado por la propia F.O.C.A. (curioso, ¿no hizo eso FIM con Moto GP hace un par de temporadas?)

En fin, volviendo a la carrera de hoy hemos asistido durante 65 vueltas a lo de siempre, y como Spain is different, castigo a Sainz por no acudir al pesaje, cuando por norma siempre había sido una advertencia verbal (¿tanto miedo le tienen?) y tres cuartos de lo mismo para un Alonso que parecía que iba a alcanzar sus primeros puntos y en el mismo sitio que el sábado en la clasificación se vuelve a morir su McLaren, pero a partir de lo ocurrido tras el pavoroso accidente de Verstappen y la salida del Safety Car vuelco y Rosberg encadena su tercer triunfo consecutivo en Mónaco, Vettel enseña más sus dientes y Hamilton jurando en hebreo tras perder su carrera por culpa del estratega de Mercedes ( a lo mejor Rosberg le había regalado un Pata Negra 5J). Lo que me preocupa es la bisoñez de alguno de los pilotos de la parrilla, pues si de manera tradicional los pilotos conseguían sus mejores resultados entre los 30 y 40 años (o 47 como Fangio) con 17 pasa lo que pasa, y de no ser por las magníficas medidas de seguridad de la pista, Verstappen celebra su propio funeral “in situ” en Ste. Devote. Pienso que esto debería ser un toque de atención para que los pilotos que se suben en estas máquinas atesoren un mínimo de experiencia, que la famosa “superlicencia” no se rife, pues modos se le ven al niño, pero ya se sabe los que dice un refrán castellano, “quien con niños se acuesta, mojado se levanta”. Lo malo que aquí no nos mojamos, por desgracia. Forza Jules.