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29 May 2015

María

Filed under: Fórmula 1 — ZRC - F1 @ 19:59

 

Antes de ayer, leí en MARCA unas páginas donde decían que revelaban la verdad del desafortunado accidente de María de Villota.

Jamás me atrevería a decir, juzgar o dar una idea más o menos rigurosa sobre un caso semejante aportando una serie de datos que me resultan difícilmente creíbles, más cuando provienen de un  equipo de F1 y el hermetismo que le rodea por modesto que sea, impuesto por FIA, FOCA, GPDA, es decir, Jean Todt y la Federación Internacional, Bernie Ecclestone y los pilotos que parecen ser los últimos en enterarse. Va a ser que en España no nos enteramos de nada.maria-de-villota

La secuencia que se cita en MARCA detalla más o menos el acontecimiento y la concatenación de fallos y errores del equipo. Hasta ahí todo bien, pero la ausencia de responsabilidades por parte de todo el equipo es manifiesta, es decir, la sensación que me deja es la misma que recuerdo cuando hacía alguna travesura, le echaba la culpa a otro y ya está, a sabiendas del mal cometido.

Va a resultar que María ese día pasaba por ahí, se montó a ver qué tal y se encontró un camión. ¿O no? Modestamente, este que os escribe ha hecho alguna carrerita y si en algo prestaba casi tanta atención como para ir deprisa era mi seguridad y la de mi alrededor, cuando entrenaba procuraba poner todo en su sitio, avisar a alguien que salía a probar, dejar lejos a la gente cuando probaba no fuese que “me desmandase”, no dejar que fumasen cerca de la gasolina y esas cosas que son de Perogrullo.  Y aquí viene mi pregunta ¿Perogrullo no existe en Inglaterra?… por Dios… esa rampa subida, ese camión tirado en medio de la posible escapatoria, esos conos para “avisar” de la proximidad, nadie pendiente del retorno y la única en su cometido, María.

Si hubiese sido un equipo español, estaba clara la sentencia del HSE, culpable por “chapuzas”. Casi igual que HRT.

No soy jurista, pero sí creo saber un poquito de F1, y más ahora por viejo que por diablo, y a poco que se reconstruyan los hechos, los datos hablan por sí solos, y aquí si me atrevo a opinar, pues si desde el punto de vista laboral fue un accidente de trabajo ( que lo fue ) este que suscribe posee formación en forma de máster de riesgos laborales y ha ejercido de coordinador de seguridad y salud o miembro del equipo de seguridad y salud en obras de importante magnitud, y por desgracia he sufrido en mis carnes “bajas laborales” por accidente de trabajo de las cuales he tenido que responder, determinar  las causas del accidente, hacer el correspondiente informe e incluso comparecer ante un tribunal y sólo se me ocurre una única posibilidad para la causa del accidente: negligencia manifiesta del responsable del ensayo al no disponer como debe ser el equipo de trabajo, es decir, camión, furgonetas, conos, personal, herramientas etc.…

Y ahora resulta que si esto, lo otro, que nadie dice, que nadie declara a favor de María y la familia De Villota, y como son españoles, pues nada, que les den. Así de claro. No me extraña que la familia siga luchando por salvar el honor de María, simplemente eso, pues nada podrá reparar su pérdida, por mucho dinero que les llegase, pero estoy seguro que si el responsable del ensayo declarase su “responsabilidad” otro gallo cantaría.

Poco puedo hacer desde esta tribuna, pero si esto sirve de algo, aquí queda, con mi colaboración en lo que pueda surgir.

Lo que más pena me da, es recordar lo sucedido, pero no puedo dejar de comentar la anécdota que tengo con María y su padre de protagonistas, ella de manera indirecta y telefónica, y Emilio a mi lado.

Ese día de invierno acudí a entrevistar a Emilio con motivo del libro que he escrito sobre la F1 y en España y el último GP celebrado en el Circuito del Jarama en 1.981, con motivo de lo trascendido con Emilio y su rocambolesca descalificación antes de poder entrenar. Una agradable charla y que cada día agradezco más, pues Emilio estaba con un constipado monumental y pendiente de las pruebas de María con Lotus. Tras la charla y la foto que me regala con su autógrafo estampado sobre su McLaren M 23 patrocinado por Medinabi, sonó su móvil y al cogerlo se oyó una voz de mujer, era María, y a juzgar por la alegría que en ese momento desbordó la cara de Emilio tras ir todo o.k., le pregunto, sonríe y me dice que “muy bien”. Ese día fuimos muchos felices, pues fue el primer paso de María en pos de tomar el relevo de Giovanna Amati como última mujer piloto en la categoría.

Pues esa sonrisa debemos tener todos y todos los días. Eso sí que recarga las pilas, optimiza y nos hace pensar en María como debe ser, tras el volante de su F1.

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