El día de la marmota

Vettel ganando, pese a las órdenes recibidas, Alonso k.o. en la primera vuelta, Hamilton achucha hasta que se queda sin ruedas, los de McLaren muy grises y Massa en su salsa. Bienvenidos a Punxsutawney  (para quien no haya visto la película, es el pueblo donde transcurre la acción que se repite una y otra vez)

Si nos encontramos por segunda vez consecutiva a Massa en entrenos por delante del asturiano y a poco de Vettel, tras el lío de las calificación nos esperábamos una carrera muy favorable para los vientos de Ferrari, incluyendo e regreso del carioca como piloto, aunque sólo sea para incordiar a nuestro piloto patrio, pero que poco nos duró la esperanza, como dirían algunos, menos que un donuts en la puerta de un colegio, pese a que está cargado de colesterol.

Salida y Alonso impecable, sabedor del sprint típico de inicio de los RBR, 650 metros impecables hasta las curvas 2 y 3, que dos toques consecutivos con Vettel le dañan el alerón delantero de manera severa, Webber en pos de los dos de cabeza y Massa buscando margaritas, para variar. La verdad, como decía Pedro de la Rosa, la cosa no era nada fácil de afrontar, o bien una vuelta más y aprovechando la parada obligada saliendo con slicks, o entrar de tirón con una vuelta más para ruedas nuevas, y sabemos que el astur es de los de arriesgar y las fechas que lleva el campeonato nos permite esa táctica, pero que peor no pudo salir.

El alerón aguantó bastante hasta que a final de recta y tras un Vettel agobiado por Alonso pese a su problema, desintegrándose metros antes de girar a derechas hacia la curva 1, pues la carga aerodinámica soportada en ese momento es la máxima. Consecuencia: derecho a la escapatoria y el primer cero de la temporada. Vettel se relaja, Webber ve su oportunidad y Massa decide coger más margaritas.

Hamilton aparece, el de Mercedes parece capaz, pero solo lo será cuando su monoplaza desgaste las ruedas de manera menos agresiva y más racional, pese al disgusto de Niki Lauda, que le encanta tirarse al charco y echar balones fuera como si con él no fuese a cosa y sus coches no ganen por culpa de Pirelli, cosa confirmada a 20 vueltas.

Pero ahora viene lo bueno: Vettel se salta a la torera las órdenes de equipo y adelanta a Webber, alegando lentitud del aussie. Una peineta en plena recta y alguna que otra palabra de Mark son los cariñosos gestos de aprecio hacia el alemán, que no ha de demostrar nada a nadie y menos en RBR sabiendo que es el ojito derecho de Horner, Marko y Mateschitz, lo cual me recuerda de nuevo a esas épicas rivalidades de la especialidad, Jones – Reutemann en Williams, que acabaron con el argentino años después denostado y abandonando a Sir Frank, Clark – Hill o Andretti – Peterson en los mejores tiempos de Chapman, e incluso Prost – Arnoux acabando con René en Ferrari para sustituir a los autoinmolados Villeneuve y Pironi, víctimas de sus propios egos durante la temporada de 1982, y terminando con Prost de nuevo, que se encargó de echar a Mansell de Ferrari tras no aguantar a Senna en McLaren. Aún están a tiempo de arreglarlo.

Los demás, de manera imaginable pero con incisos preocupantes en casa de Sir Frank (mr. Williams & mr. Head, busquen pilotos y técnicos como Dios manda) y del tío Ron (Dennis) con Button fuera por culpa de una rueda y Pérez incapaz de hacer correr a un tieso McLaren. La mejoría de Mercedes es evidente pero ha de ser corregida tal y como hemos dicho, los de Lotus han llegado con la de cal y agradables sorpresas de Hulkenberg y Vergne, pues a río revuelto, ya se sabe, ganancia del que se lo salta a la torera.

A China en un par de semanas, y espero que con los deberes aprendidos. Este fin de semana se lleva repitiendo los últimos tres años con bastante facilidad.